“Soliloquio disonante” de Ángela Muñoz
A veces solo necesitamos una hoja en blanco y mil pendejadas para contar. Uno no
A veces solo necesitamos una hoja en blanco y mil pendejadas para contar. Uno no
Ante el silencio de Dios Ante el silencio de Dios la poesía extiende su belleza
Un hombre corre mundo abajo CAE Y SE ROMPE de a tro ci tos SIGUE
Primavera Persisten las huellas cautivas en la tierra perfumada, después de la lluvia Albergue de
Hay en mí un día y una noche, con sus luces y sus sombras yendo
La loma de San Isidro se alcanzaba a divisar en la distancia; el cruzar su
Por esos panes, por ese vino. Ahora que nos duele a todos el mismo dolor,
Mientras se llevaban al niño, Hiram pensó muchas cosas. Primero pensó en la luz blanca
SÓLO UN INSTANTE Imágenes que se desprenden de los recuerdos de ti en mí, sólo
Inútilmente horado los cristales De esta prisión con brazos de nodriza Pues la lluvia, obcecada,