Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, el Centro Cultural Tijuana (Cecut), realiza durante el mes de marzo un ciclo titulado “La mujer en las artes”. Este se compone de una serie de eventos virtuales dedicados al reconocimiento y la apreciación del talento femenino en las distintas disciplinas artísticas. Coloquios, lecturas de obra, performance, conversatorios y más se encuentran entre las presentaciones que componen este ciclo conmemorativo.
Ruido Rosa: sonidos contemporáneos fue un un concierto de cámara llevado a cabo por el quinteto bajacaliforniano Classical femmes e invitados, como parte de los eventos transmitidos por Cecut. La idea principal fue la exploración de la música contemporánea a través de la interpretación de obras escritas por compositores latinoamericanos.
Classical femmes es un quinteto conformado por Astrid Ruelas (violín), Ana Paulina Sánchez (flauta), Lesly Sandoval (corno francés), Iliana Andrea Ruelas (violoncello) y Sofía Plascencia (piano y teclado), músicos provenientes de Mexicali, Ensenada y el Valle Imperial. Para el concierto, también se contó con la participación de Abraham Lizardo en percusión y la interpretación Rosa Gómez, miembro del grupo SinLuna Danza Punk.
A lo largo de cinco piezas, se fusionaron armoniosamente la melodía de los instrumentos de viento y cuerda con el ritmo de distintas percusiones y los sonidos creados por distintas herramientas electrónicas y digitales. Todas las composiciones interpretadas fueron muy distintas la una de la otra, cada una contando una historia por medio de su propia música. A pesar de la diferencia entre canciones, se logró un hilo conductor que guiaba al escucha a través de un plácido viaje sonoro por el trabajo de las y los artistas latinoamericanos.
Desde mi punto de vista, la pieza que más conquistaba el oído fue la número cuatro, titulada “Zhi” de Dante Ojeda Wancho. La sinfonía, dulce y cambiante a la vez, dibujaba escenarios invisibles pero vívidos, que llevaban a las emociones a fluctuar entre la tranquilidad de los sonidos orientales y la agitación de las notas rápidas. Todo potenciado gracias a la habilidad de los músicos participantes, que demostraron una profesionalidad y pasión notoria hasta para los que estamos muy lejos de ser expertos en música.
Sin embargo, es la última pieza la que se llevó los reflectores. “Nos gusta Laban, We love ballet and calabaceado”, de Andrea Ruelas, fue interpretada no solo de manera musical sino también dancística. Vestida con camisa a cuadros, botas y sombrero, la bailarina Rosa Gómez jugó con los elementos de la danza contemporánea y el baile tradicional mexicano para crear una coreografía sumamente interesante. A través de la textura de sus movimientos y la celeridad de sus pasos, que se conjugaban con los sonidos clásicos de la música de cámara, logró una completa reinterpretación de la costumbre paisana. Juntas, música y danza formaron un relato que mezclaba lo nuevo, lo antiguo y lo femenino en una época de significados cambiantes.
Además, vale la pena reconocer la producción audiovisual de la transmisión, que contó con excelentes tomas de los instrumentos y buena transición temporal entre piezas. La suavidad en las luces y los colores contribuyó de igual forma a la construcción del ambiente.
En el mes del Día Internacional de la mujer, es grato ver como cada vez se abren más espacios para la que el trabajo y el talento de las mujeres se reconozca de manera apropiada. En lo personal, este concierto me pareció un deleite de principio a fin, porque todos sus elementos me agradaron y sorprendieron.
El concierto dura poco menos de 35 minutos y se encuentra disponible en el canal de de YouTube del Cecut, aquí el enlace directo. También es accesible en los perfiles de Classical femmes en Facebook e Instagram. Mi recomendación es escucharlo más de una vez, ¡prometo que es imposible arrepentirse!
-Priscila Rosas
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