El espacio entre dos álbumes de una misma artista parece inexistente, sobre todo cuando esta artista cuando está inundada de éxito mediático y artístico. Esto le sucede a Megan Thee Stallion, quien trabaja sin descanso entre una era musical y otra. A casi dos años del lanzamiento de Good News, el álbum debut que nos trajo éxitos como Thot Shit, Body y Crybaby, Traumazine se siente como llegar al clímax de la premisa que Good News propuso.
En medio de la turbulencia de la vida personal de la rapera, Good News fue un comunicado claro: Thee Stallion no dejaría que los problemas la detuvieran a ella ni a la buena racha de su carrera. Aunque en una canción abordó el alegato jurídico causado cuando el cantante Tory Lanez le disparó en el pie durante una fiesta en julio de 2020, no ahondó mucho respecto a sus sentimientos respecto a esta traición, ni el escándalo mediático que provocó posteriormente. Al contrario: se mantuvo firme y se enfocó en producir éxito tras éxito, sembrando las semillas que la convertirían en un pilar del rap de la década.
Aunque esta fue una decisión inteligente a nivel publicitario, los aficionados de la cantante solicitaban un cuerpo de trabajo un poco más personal, más introspectivo; hambrientos por las insinuaciones en el primer álbum de que la rapera era capaz de una lírica más profunda. Así, llegó Traumazine a satisfacer los deseos del público: un álbum lleno de dolor, de traición, de amargura, de fortaleza ante la tempestad; y de la reflexión de una mente compleja que solo quiere seguir adelante con su vida. Todo este peso temático está envuelto en un paquete de liricismo inteligente, un flow impecable y hambriento, una ejecución vocal tanto firme como versátil, y una selección de pistas muy buena.
Este álbum de 18 canciones abre con NDA, que en una base de trap oscura con un piano de eco sombrío, un sintetizador que casi profetiza cada palabra que sale de su boca y un 808 potente, funciona como perfecta introducción a este cuerpo de trabajo. Marca perfectamente el tono sobre el que se manejará la rapera, resume su manera de pensar respecto a todo el dolor que sufrió estos últimos años; y que ha aprendido lo suficiente como para no dejarse pisar por nadie ni nada, utilizando el dinero que ganó con el sudor de su frente para protegerse y consentirse como lo merece. El título mismo es un guiño a todo el asunto jurídico que está viviendo, siendo el NDA un Non-Disclosure Agreement, un acuerdo de confidencialidad.
Las siguientes cinco canciones que componen el primer tercio de este álbum son una declaración de dolor, de traición por parte de personas que desconocemos, y por las que acumula cierto rencor en su liricismo, en su ejecución; pero está siempre ambientado por el constante amor a sí misma que Megan es admirada por tener. Ungrateful, y Not nice son consecuencia de la frustración respecto a la traición de gente cercana a ella, mientras Budget, Her, Gift and a Curse afirma que ella es más que el daño que le han hecho. Her y Gift and a curse son destacables porque reflejan la versatilidad de la rapera al adaptarse a pistas poco usuales, y Budget con Latto es una canción de poder femenino, en el que ambas raperas se complementan perfectamente.
Establece que después de todo el daño recibido, ella se merece algo mejor, porque ella es mejor; y que mientras no se merece lo malo que le han hecho, cada cosa buena con la que ha sido bendecida es gracias a que ella es buena en lo que hace y tiene valor como artista y como mujer.
Las canciones de Ms. Nasty, Who Me, Red Wine, Pressurelicious, Star, Consistency y Sweetest Pie son canciones en las que la rapera, mediante pistas que varían entre ser sensuales, lentas a firmes y de ritmo animado, expresa su sexualidad de la manera en la que se la conoce y se le admira por ser: sin miedo y sin tapujos.
Por último, canciones como Anxiety, Flip flop, Plan B y Scary vuelven a esta lírica pesada en la que reflexiona sobre la soledad que siente después de tantas traiciones por parte de amistades, equipo de trabajo y parejas sentimentales, y el poder de su presencia para la gente que la rodea; además del luto que siente por la muerte de su mamá y de su abuela.
Otro aspecto destacable de este álbum es la gran cantidad de colaboraciones que contiene. Desde el flow relajado de Key Glock en Ungrateful, la ejecución impecable de Rico Nasty en Scary, la voz sedosa de Jhene Aiko, la vocalización fresca de Lucky Daye en Star y el flow animado de Future en Pressurelicious, son colaboraciones en las que Megan probó su habilidad para adaptarse a sus features en una canción, y al mismo tiempo se mantuvo firme y permaneció en el reflector central de la misma. La única canción en la que considero que la colaboración sobró es Who Me con Poo Shiesty, ya que pienso que el rapero estaba notablemente batallando para encontrar el tempo de la pista.
Por otro lado, Southside Royalty Freestyle es una canción que me alegra haya sido incluida en el álbum. Es un trabajo fiel a las raíces sureñas de la rapera, y solidifica su puesto como rapera de Houston. Es muy importante que en un álbum como Traumazine Megan haya hecho tanto énfasis en su identidad y la ciudad en la que nació. La participación de Sauce Walka, Big Pokey, Lil Keke y Mike D son por mucho mis favoritas colaboraciones del álbum.
En conclusión, Traumazine se destaca entre los lanzamientos de Megan Thee Stallion por su contenido lírico y su exploración mental por medio de la música. En lo personal, se convirtió en mi cuerpo de trabajo favorito por parte de Megan. Pienso que este álbum pasará a formar un pilar en su carrera, que solo se solidifica cada día más. Traumazine de Megan Thee Stallion está disponible en todas las plataformas digitales, tales como Spotify y Apple Music.
–Jireth Parra.