Mirando por la ventana, esperando a mi maestra lo vi. Él saltaba en una pata tratando de escapar del gran cemento que lo rodeaba. No podía sacarle los ojos de encima, sabía que era yo el único que lo veía y la salvación de su vida.
Llegó la maestra y, como nunca realicé la tarea, para que el tiempo pasara, mi anhelo era que la campana de salida tocara. Él seguía en la calle tratando de esquivar los peligros de la ciudad salvaje. Desde mi aula, que está en el segundo piso, al que se llega por escaleras y que es el primero de cuatro aulas, yo lo contemplaba.
El reloj caminaba cada vez más lento agrandando la angustia que me pesaba. Él solo, intentando sobrevivir, con una alita quebrada, seguro de un hondazo de algún niño del barrio, o tal vez distraído se chocó algún vidrio de la escuela, atraído por los afiches que realizamos con nuestros trabajos que son tan coloridos.
No puedo dejar de pensar en él, me atormenta que le haya pasado algo. La maestra nos está mirando y yo no puedo observarlo. Debe estar por terminar la hora. Veo por la puerta vidriada que los alumnos del otro grado ya están formando. ¡Soná timbre, soná! Me paro para acomodar la mochila y aprovecho a mirarlo. Cerca de allí andan perros, gatos, seres humanos. ¡Ring! Ese timbre llega hasta los huesos y no quiero aparentar desesperado.
Tomo el abrigo, la mochila y detrás de la maestra en fila, bajo. La directora saluda rápido, tal vez ella también lo ha mirado. Salen los grados más chicos y yo de sexto salgo con mi mochila colgada, deseando que nadie lo haya encontrado. Camino a mi ritmo para no despertar sospechas, todos pasan a su lado, nadie baja la mirada. Todos ríen, charlan, en silencio otros van sin mirarlo.
Se cumple mi deseo de ser su salvador.
Nos encontramos y nos miramos como amigos que nos auxiliamos. Lo tomo entre mis manos, me siento en el frío cordón del asfalto. Arranco el puño de mi delantal y a su alita la he remendado.
Ahora es solo cuestión de tiempo, una amistad se ha creado. Yo, alumno de escuela y él… El pajarito remendado.
–Marcelo Daniel Sosa (1980) de la localidad de Tres Algarrobos, provincia de Bs As (Buenos Aires). Profesor de Arte en Teatro. Escritor y Director del grupo de teatro T.I.T.A (Teatro Independiente Tres Algarrobos). En 2018, pública el libro “Con el teatro de la mano”, obras de pantomima para 1º y 2º ciclo de educación primaria. En 2021, publica el libro “Peripecias de ficción” obras de teatro, con el apoyo del Cpti (Consejo provincial del teatro independiente). Escribe dramaturgia, poesías y narrativa. Participa de diferentes concursos de los cuales ha obtenido diferentes premios.