Hace tiempo vi un cortometraje que trataba precisamente un tema similar a esta película, se titula Vera y fue dirigido por Juan Ordorica Fernández. Algo que llamó mi atención de inmediato fue su ultima escena. Para contextualizar, Vera narra la historia de una joven que al enterarse de su embarazo decide abortar ya que este embarazo la perjudica profesionalmente. Vemos la oposición de la familia, y llegamos incluso a ver el proceso clínico, concluyendo con una escena en donde la familia come y mantiene una conversación bastante cotidiana. La conclusión me parece interesante ya que al ser considerado el aborto por muchos un acto barbárico, Vera decide terminar en una cotidianidad, sin drama ni demonios.
En Never, Rarely, Sometimes, Always, cinta de 2020 dirigida por Eliza Hittman, tenemos una escena parecida cuando el personaje principal, Autumn, está a punto de abortar. Los médicos son retratados de manera realista, como mujeres amables y profesionales, sin caer en la caricaturización diabólica. Obviamente el contexto de Vera y Never, Rarely, Sometimes, Always son muy diferentes. Mientras en el primero trata de alguna manera de normalizarlo, esta película hace énfasis en el contexto que lleva a la protagonista a tomar esta decisión.
El largometraje nos cuenta la historia de Autumn Callahan, una joven de diecisiete años que al enterarse de su embarazo decide viajar a la ciudad de Nueva York, acompañada de su prima Skylar, en búsqueda de tratamiento médico que no es posible conseguir en su pueblo por cuestiones legales. La película añade un dilema más a la ecuación; no es solamente que Autumn tiene que abortar; es el trauma y el recordatorio de que ese embarazo es producto de una agresión.
La película narra el mundo en el que habita Autumn y Skylar, un mundo inseguro dominado por hombres. El primer acto es básicamente la descripción de este mundo y es representada en la primera escena, en donde Autumn esta en un escenario de su escuela en un show de talentos, los primeros hombres que toman protagonismo son su padre, en el cual se percibe una falta total de apoyo y un estudiante de la escuela quien la llama ¡zorra!
Mientras avanza la trama se muestran otros ejemplos de comportamientos machistas: es aquí donde podemos intuir que tanto Autumn como Skylar se sienten inseguras, en el caso de Skylar vemos como en su trabajo por simplemente ser amable con hombre este se le insinúa, hecho que le enseñará a ser mas precavida.
El largometraje pone de manifiesto la inseguridad de la mujer y cómo hasta el hombre mas simpático puede ser una amenaza. Podemos entrelazar esta idea con el título del filme, el cual es tomado directamente del cuestionario que es realizado a Autumn antes del aborto. Las respuestas “nunca, raramente, algunas veces o siempre”, se vuelven mas difíciles de responder para Autumn cuando el cuestionario le recuerda el abuso que sufrió por parte de su ultima pareja, llevándola al punto de quiebre cuando finalmente cae en cuenta de la severidad del trauma que ha recibido. Los pormenores de la agresión nunca son revelados y, como resultado, se hace enfasis en la triste negación de Autumn.
Como hombre me cuesta trabajo imaginar la inseguridad que conlleva ser mujer. A veces, se llega a criticar la actitud de algunas mujeres al poner una barrera social a la hora de interactuar con un hombre, sin saber que el mundo en el que ellas nacieron les ha enseñado a ser más precavidas, simplemente para poder permancer sanas y salvas. Never, Rarely, Sometimes, Always nos invita a empatizar y sobre todo, señala una problemática actual que no se reduce al aborto, mas bien a una de sus causas principales: la inseguridad de la mujer en un mundo dominado por hombres.
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