‘‘Desde que tengo memoria, siempre quise ser un gánster’’. Esa es la frase con la que Henry Hill (Ray Liotta) comienza a relatarnos su historia de amor de tres décadas a la mafia, así como las caídas que se le presentan. Basada en hechos reales, y a su vez en el libro Wiseguys de Nicholas Pileggi (quien escribió el guion junto con Scorsese), Goodfellas, tiene como protagonistas a Robert De Niro, Ray Liotta, Joe Pesci, Lorena Bracco y Paul Sorvino.
De la mano del legendario Martin Scorsese (El lobo de Wall Street, Toro salvaje, Taxi Driver), la cinta de 1990, estrenanda el 19 de septiembre, llega a representar mucho del estilo del director en un punto muy alto, historias de crimen llenas de violencia, y cargadas de información. Cada cuadro está cargado de elementos que llenan la pantalla, además de la decoración de sets que nos dicen mucho sobre el lujo de la vida mafiosa, la película está llena de personajes y locaciones que puede que para el espectador llega ser agobiante, sin embargo, la cinta tiene ciertos descansos que marcan un momento crucial dentro del argumento. Además de que la voz en off (que suele ser una herramienta muy usada en las cintas del director) nos guía paso a paso en como funciona la rutina criminal, que para la época funciona bastante bien, es una manera de conocer el mundo de la cinta con tan solo exponer unas líneas y unas cuantos planos.
Un punto importante de la película es participación de la editora Thelma Shoonmaker, colaboradora habitual del cineasta, que aporta un ritmo frenético. Hay momentos en donde la imagen se congela para dar hincapié a los momentos que marcaron la vida de Henry Hill. La edición va de la mano con lo que les sucede a nuestros protagonistas. Es el ritmo lo que termina por ser el estilo del montaje, en escenas de violencia llenas de adrenalina y velocidad, o diálogos tensos llenos de lujo de detalle.
El elenco es muy extenso, pero cada personaje aporta para crear una cadena sucesos que más tarde tienen consecuencias. Los protagonistas son explosivos, viven en una vida agresiva. Los cinco protagónicos se lucen en los momentos de mayor violencia, pues es la naturaleza de la mafia, desde Ray Liotta marcando y contextualizando las escenas, un Joe Pesci duro y de mal carácter nos marca desde lo cómico hasta lo más violento y Bracco quien regala una de sus mejores actuaciones en el papel de la novia de Henry, una mujer adicta al peligro pero sumergida constantemente en los problemas de su novio.
En el apartado de la banda sonora, llega a ser muy amplia y conformada principalmente por música de la época, desde Dean Martin hasta Cream y George Harrison. Llegan a dar una sensación de lujo, y a veces hasta paranoia, la calma, y algunas veces solo diversión, ayudan mucho a sumergirnos dentro del periodo histórico que nos plantea la trama.
Goodfellas definitivamente se trata de un clásico imperdible para los fans del cineasta y de aquellas cintas de antaño sobre violencia, una experiencia de la cual se vuelve difícil despegar la vista, y marcó nuevamente el género criminal. Presenta una perspectiva diferente a las cintas previas de este género, marcó la carrera de los actores protagonistas. Es un viaje largo que, si bien, nos hace disfrutar del camino de la mafia, agrega un golpe crudo de realidad. Scorsese demuestra el poder de los medios para contar una historia, que pese a no escribirlas él mismo, es capaz de mostrar las historias de una manera personal. Muestra las distintas facetas emocionales del ser humano. La siguiente declaración hace referencia a su siguiente película Casino (1995), pero creo que es una buena manera de reflexionar sobre las historias de gánsters:
Goodfellas se encuentra disponible tanto en DVD, Blu-ray como vía streaming en las plataformas de HBO Max y Apple TV (iTunes).
–Ángel Higuera.