Yo era de las personas que creían que Baja California era un estado falto de historia. Comparado con las entidades del centro-sur de México que hasta pirámides tienen, podríamos decir que las ciudades fronterizas son relativamente nuevas, aunque eso no significa que no han reunido sus propias leyendas, mitos y cuentos a lo largo de los años. Esto es lo que se comprobó en la exposición “Crónicas mitológicas, fantásticas y paranormales de la frontera ilustradas del Xe Juan”, llevada a cabo el miércoles 29 de septiembre a las siete de la tarde en la Casa de la Cultura Mexicali.
El evento inició con las palabras del expositor, Juan Hernández, quien es mejor conocido como el Xe Juan en la comunidad cachanilla. De inmediato resaltó su elocuencia e histrionismo mientras relataba un poco de su historia personal y emitía algunos agradecimientos, entre ellos a su padre, quien se encontraba presente. Luego de la breve bienvenida, se cortó el listón inaugural y se sugirió a los presentes (que éramos como cuarenta más o menos) dividirse en dos grupos para tomar el recorrido en distintos tiempos y facilitar el distanciamiento social, pero la separación no se llevó a cabo y todos ingresamos juntos a la sala.
La exposición la constituían 85 ilustraciones de mitos y leyendas de distintas partes de la región, elaboradas por Xe Juan. La primera mitad se exhibía en la galería Rufino Tamayo, en la planta baja de la Casa de la Cultura, y la segunda en la planta alta. La mayoría eran a blanco y negro, aunque en algunas se empleaban el color rojo para resaltar la sangre, las sombras u otros elementos. Cada una mostraba una técnica increíble, compleja y cuidada en detalles, con composición relataba una historia sin necesidad de palabras.
Sin embargo las ilustraciones ya representaban por sí mismas un historial entero de las creencias de Baja California, el recorrido fue complementado por la narración del expositor. Dibujo tras dibujo, Xe Juan iba contando las anécdotas de los personajes detrás de las líneas, muchas llenas de horror y tragedia. La primera fue, de hecho, la de la niña que se aparece en los baños la Casa de la Cultura; se dice de ella que una noche quedó encerrada por accidente y a los días el olor a muerte impregnaba los pasillos. Todo lo que queda hasta la fecha es su espíritu, dedicado a espantar a los estudiantes y al personal que anda por ahí cuando acaba la tarde.
Las macabras imágenes en conjunto con la lúgubre música ambiental y la narración del artista, quien jugaba con los tonos de voz, los ademanes y aparte se paseaba entre los presentes, creaban una atmósfera de tensión, digna de un auténtico recorrido fantasmagórico. El público se mantuvo atento en todo momento, ya que lo entretenido consistía no solo en escuchar los relatos paranormales, sino también en ver retratados los espacios más icónicos de la ciudad y del estado, en los que uno puede imaginarse parado cualquier día sin pensar que allí ocurrió algo tenebroso. Lo cruento de algunas historias me hizo preguntarme si no hubiera sido mejor que el evento se catalogara para mayores de quince años, pues había varias niñas y niños entre los espectadores.
Hacia la mitad del recorrido, a la salida de la galería Rufino Tamayo en la primera planta, nos esperaba una figura de máscara blanca arrodillada en el piso. Comenzó a bailar agitando las mantas que llevaba como vestimenta y poco después nos invitó con un gesto a seguirla hasta la planta superior. Ahí ya estaban cuatro personajes más, que, junto con la figura de la máscara, presentaron un performance de temática brujil. Al combinar elementos musicales, escenográficos y de personificación, el espectáculo cumplió el cometido de resultar misterioso e intrigante. Lo único es que me pareció un poco largo (tuvo una duración de 15 minutos) pare ser el entremedio de una exposición que tenía que continuar.
Para la segunda mitad del recorrido, ya quedaba la mitad de los asistentes y en el transcurso se fueron más. Era previsible que el evento se extendería hasta las dos horas y afuera ya había caído la noche. Hacia el final, Xe Juan se notaba cansado, lo que era comprensible después narrar 85 ilustraciones casi sin detenerse. La última parada fue el baño donde se dice que aparece la Niña de la Casa de la Cultura; cuando algunos pretendíamos meter la cabeza para inspeccionar, fuimos sorprendidos por una figura pálida, de cabello negro y uniforme escolar que partió el aire con un grito agudísimo y cerró la puerta de golpe.
La exposición fue, sin duda, un evento multisensorial. Aunque al último no quedábamos tantas personas, es indiscutible que la inauguración tuvo un buen nivel de asistencia. Algunos asistentes también aprovecharon para adquirir los libros del artista (El libro negro de mitología mexicalense, El libro rojo de la mitología fronteriza Vol. 2 y El libro blanco de la mitología fronteriza Vol. 3), junto con stickers, camisetas y más mercancía disponible.
Hablando sobre cómo surgieron aquellos trabajos, Xe Juan me informó que la colección comenzó con una sola ilustración en el 2003. Continuó con el resto luego de una pausa de casi veinte años, desarrollándola sobre todo en tiempos de pandemia. La investigación detrás de estas obras visuales la ha realizado muchas veces sin una intención explícita; vienen a él platicando con la gente de distintas localidades bajacalifornianas.
El interés por contar estas historias nace de la identidad y el amor a la familia. Me crie entre gente mayor y a medida que los pierdo siento la compulsión de hacer prevalecer el testimonio de su generación y la vida antes de mí.
Xe Juan Hernández
Agregó que en la exposición faltan diez ilustraciones. En algunas ya se encuentra trabajando, otras se conservan como planes todavía. Agregó que el objetivo es hacer una obra con todas los trabajos, como una especie de catálogo de la historia de la región. Tiene, además, un cuarto libro de la línea —mitología fronteriza cocinándose.
La tradición oral de un estado es tan válida como lo que se plasma en los libros de texto. Brinda identidad, convención, sentido de pertenencia; nos hace reconocernos como lo que somos a través de las palabras de nuestras abuelas/os, que a su vez escucharon de sus propias abuelas/os. Lo mitológico en especial es algo que siempre está presente en nosotros, porque como seres biopsicosociales que somos, tenderemos a buscar respuestas a lo inexplicable hasta el fin de los tiempos.
La exposición “Crónicas mitológicas, fantásticas y paranormales de la frontera ilustradas del Xe Juan” no solo es una exquisitez a la vista sino también a la imaginación, en especial para aquellas y aquellos que somos fanáticos de lo paranormal. Considero este recorrido artístico una visita obligada para cualquier persona de la región, en especial para las que creen, como yo creía, que a nuestro estado le faltaban historias.
Dejo abajo el video del performance llevado a cabo por el grupo de danza “Bajo la lápida” y les invito a seguir el trabajo de Xe Juan a través de su perfil de Facebook y su grupo La hora del espanto VIP . Tomando sus palabras, me despido deseándoles unas buenas, horripilantes, putrefactas y desgraciadas noches.
POS YO COMENTO: MUCHAS GRACIAS POR LO QUE HAN ESCRITO, ESA CHAMACA QUE CONOCI ANTES DE NACER Y VERLA CRECER, SALUDOS!!!