Inicia un nuevo semestre y el equipo de la Revista Escafandra se encuentra aquí para acompañar a los lectores en este presente tan incierto. Es interesante analizar el camino recorrido desde la fundación de este proyecto, cuando iniciamos en 2020 y nos encontrábamos en medio de una pandemia con reglas muy estrictas. Los eventos culturales sucedían todos en línea y solo se encontraban disponibles las actividades más esenciales. El gobierno consideró que la cultura no era parte de esa esencialidad, así que además de no tener eventos presenciales, tampoco había museos ni bibliotecas.
Hoy, a casi un año de aquella situación, la pandemia aún no termina pero algunas restricciones se han relajado. Gran parte de la población de Baja California ha sido vacunada, afortunadamente, y esto significa que, aunque el Covid aún está entre nosotros, muchos ya no corremos tanto riesgo. Hay cada vez más eventos presenciales y la vida cotidiana, poco a poco, reanuda su curso normal. Aún no sabemos lo que nos depara el futuro, pero hoy en día casi todo se encuentra abierto y vuelven las diversas opciones de entretenimiento a nuestro alcance.
De forma irónica, esto presenta varios problemas para nuestra revista. Somos un producto de la pandemia, nacimos completamente en línea; los integrantes del equipo nos encontramos distribuido en varias ciudades y, con cada vez más eventos presenciales que virtuales, se nos complica abarcarlo todo. Alguien de Mexicali ya no puede cubrir aconteceres de Tijuana o Ensenada, por ejemplo.
Antes era fácil consumir eventos de diferentes localidades, ya que todo se limitaba a unirse a la sesión en vivo en Facebook, Instagram o YouTube. Para ello no había limitante geográfica, además de que, si no era posible presenciar el video en vivo, la grabación quedaba disponible para consulta posterior. Sumado a esto, la incluíamos en las entradas de Escafandra, de forma que los lectores tenían idea exacta de qué fue lo que reseñamos.
Hoy las cosas no nos son tan sencillas. Con frecuencia se empalman dos eventos el mismo día a la misma hora, de manera que debemos elegir a cuál asistir. Por otro lado, pocos de estos acontecimientos se graban en video como antes, por lo que si no hacemos acto de presencia, lo sucedido queda únicamente en la memoria de los asistentes. Quizá esto no tenga nada de sorprendente; después de todo, es la forma típica en como se desarrollaban las cosas pre-pandemia.
El punto es que esta contingencia, que presentó muchos retos y dificultades, también tuvo algunas áreas de oportunidad. Duró tanto tiempo esa “nueva normalidad” que llegamos a acostumbrarnos a la situación. Pero ahora se nos viene encima otro cambio. El regreso a actividades presenciales también ha tenido su encanto: es como un reencuentro, lento y paulatino, pero muy disfrutable. El equipo de la revista también ha tenido oportunidad de encontrarse en persona de vez en cuando, aunque sea de manera parcial en algunos de estos eventos.
Por nuestra parte, queremos darles la bienvenida a una nueva entrega, con nuevas reseñas, nuevas personas que escriben con nosotros y un ánimo renovado para seguir con ustedes. Nuestra idea original era orientar en tiempos difíciles y sigue siéndolo. Esperamos que disfruten esta nueva edición de Escafandra.
–Miguel Lozano, editor de la Revista Escafandra.