El pasado veinte de abril se transmitió a través de la página de Facebook de Cultura UABC una charla para conmemorar el Día Internacional del Libro. Con el objetivo de celebrar la lectura, se contó con la participación de los autores Javier Moro y Chris Pueyo desde España y la autora Pamela Stupia desde Argentina. Como moderador estuvo presente Benito Taibo, escritor mexicano reconocido por sus obras de novela y poesía. La transmisión de la plática, titulada “Los libros que cambiaron nuestras vidas”, sucedió a las quince horas del Pacífico y duró poco menos de una hora.
Los libros fueron el tema principal en todo momento. Como indica el título, el propósito de la discusión era reflexionar sobre la manera en que la literatura, en específico de ficción y fantasía, influye en quienes somos y lo que hacemos. Por ello, la pregunta inicial que Taibo planteó a los novelistas se centró en ese primer libro que calló en sus manos y que los tocó de una manera especial. Moro nombró a Las Aventuras de Tin Tin como su incipiente método para recorrer el mundo; Stupia recordó los cómics de ciencia ficción y steampunk que coleccionó durante su niñez; Pueyo mencionó que su favorito era Peter Pan debido a las coincidencias que encontraba entre la historia y su propia vida.
Entre otras preguntas, hablaron de los libros que tenían sobre la mesa de noche en aquel momento, invitando a que los participantes mostraran ante cámara los títulos que se encuentran leyendo y que mantienen a la mano por un lado de la cama. La probadita de su vida literaria personal agregó un toque aun más íntimo a la charla, que ya se desarrollaba con ambiente amigable y cómodo tanto para los escritores como para los espectadores de la transmisión.
La importancia de la literatura juvenil se recalcó de forma constante a lo largo del evento. A pesar de que a veces se subestima su relevancia, lo cierto es que representa el primer contacto de muchos niños y niñas con el mundo que se encuentra fuera de su entorno más cercano. Los invitados coincidieron en que, en la mayoría de los casos, la ficción infantil y juvenil se convierte en transformadora de la realidad y la personalidad.
El evento, organizado por Grupo Planeta y retransmitido por UABC y otras universidades, librerías y cafeterías, transcurrió de manera amena y acogedora. A lo largo de sus 53 minutos, la discusión se construyó a base de las anécdotas, preguntas, confesiones y relatos que compartieron los creadores, palabras con las que es muy fácil identificarse si uno o una también disfruta de la lectura. Sobre todo los y las que somos fans de la fantasía, estaremos de acuerdo en que este género es una forma de escape de la realidad, ya que no solo leemos letras, también leemos mundos, universos, almas y corazones.
Casi al final de la charla, Benito Taibo hizo un comentario con el que vale la pena reflexionar: mencionó que otro de los fines de pláticas entre escritores como aquella es dejar de exponer al libro como objeto cultural inalcanzable. Muchas veces los libros se toman como sinónimos de inteligencia, conocimiento, intelectualidad y hasta clase, cuando el mundo de las letras es mucho más amplio que eso. La literatura no tiene por qué ser el privilegio de unos cuantos, pero es cierto que en nuestro país gran parte de las ediciones impresas son costosas y no están dentro de las posibilidades de todo mundo. Por ello, es necesario buscar nuevas formas de re-conceptualizar, promocionar y difundir la lectura, para que así los libros signifiquen la unión entre las personas y no su diferencia.
La literatura ha sido la aliada de muchos, sobre todo en tiempos de pandemia. Explorar sus caminos siempre será una aventura que vale la pena realizar, porque tal y como sucede con cada gran viaje, con un libro cerca de ti (no importa si es físico, digital, de audio u otros) nunca sabes hasta dónde puedes llegar a parar.
La transmisión de “Los libros que cambiaron nuestras vidas” se encuentra disponible en el portal de Facebook de Cultura UABC y en el de Feria Internacional del Libro UABC. A pesar de que el Día del Libro ya pasó, vale la pena darse la vuelta por este corto pero bello evento virtual que les recuerda a los lectores —y también a los no-tan-lectores— que la magia sí existe y para encontrarla solo hay que pasar las páginas.
-Priscila Rosas